Buenaventura de Carrocera (Carrocera, 18.X.1905- Madrid, 26.III.1999)
Ingresó en octubre de 1916 en el Seminario de El Pardo, donde realiza los estudios de Humanidades, que culmina en 1921 e ingresa en el noviciado que los Capuchinos de Castilla tenían en el convento de Bilbao. En 1922 es enviado a Montehano, para cursar los estudios de filosofía (1922-1925), prosiguiendo luego en el convento de León los de Teología (1925-1929), ordenándose en mayo de 1929. Una vez terminado el año de pastoral y elocuencia, que también realiza en León, se incorpora, en 1930, a la fraternidad de Jesús de Medinaceli, donde se mantendría prácticamente el resto de sus días.
Por sus cualidades intelectuales, se le facilitó una preparación adecuada para que, más tarde, pudiera acometer la tarea de escribir la historia de la Provincia de Castilla y sus misiones, aunque no frecuentaría ningún estudio universitario. En el Capítulo de 1931 es asignado a la fraternidad de Jesús de Medinaceli como redactor de la revista El Mensajero Seráfico, tarea que desempeñará entre 1932-1936 y que retomará al terminar la Guerra Civil (1939-1945). Con el estallido de la Guerra Civil española, en 1936, se vio forzado a abandonar el convento junto con los demás religiosos, sufriendo casi un año y medio de cautiverio. Al finalizar la contienda, en el Capítulo de 1939, vuelve a ser destinado al convento de Medinaceli, siendo designado cronista y archivero provincial, al tiempo que se dedica a recuperar los documentos pertenecientes al Archivo de los Capuchinos y que habían sido guardados en casas particulares. Posteriormente procederá a su catalogación y organización.
De forma simultánea prosiguió investigando en archivos y bibliotecas, con el fin de recopilar los datos necesarios para escribir la vida de la Provincia Capuchina de Castilla. En 1946 al crearse el Instituto de Misionología Hispánica «Santo Toribio de Mogrovejo», dependiente del CSIC, entrará a formar parte del mismo asumiendo, además, la dirección de la revista Missionalia Hispanica (1946-1975). En 1948 asumirá también la publicación del Boletín Oficial de la Provincia, tarea que desempeñará hasta 1960. Hasta esta fecha será también el responsable de la publicación de la hoja mensual N.P. Jesús Nazareno, creada con el fin de promocionar la devoción del Cristo de Medinaceli entre los fieles.
En 1963 la Academia Nacional de la Historia de Venezuela le invitará a publicar la historia de las antiguas misiones capuchinas en aquella República; lo que hará en la colección Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela. En 1972 dicha institución lo nombrará Académico correspondiente.
El valor documental de sus textos sobre las misiones ofrece documentación archivística y datos de gran valor para posteriores investigaciones. Carrocera es un modelo de investigación historiográfica. Sus obras han contribuido al conocimiento de la cultura indoamericana, y concretamente de Venezuela, hecho que pone de manifiesto la bibliografía sobre la historia de este país caribeño, en la que se citan frecuentemente sus textos por su precisión etnográfica. No se limita a mencionar los diversos pueblos indígenas de los territorios donde se establecieron misiones capuchinas, sino que se adentra también en el conocimiento etimológico de las palabras, busca las similitudes y divergencias lingüísticas, culturales, antropológicas, etnohistóricas, etc., con otros pueblos.
Si importante es su obra literaria, como historiador no lo es menos su labor al frente de Missionalia Hispanica. Esta publicación periódica, dedicada a la historia de las misiones en todo el mundo, proporciona datos de gran valor también para la investigación en historia de la traducción misionera, una de las razones por las que sus obras siguen siendo de referencia.
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